Queremos presentarnos

¡Hola! Gracias por visitarnos, puede que hayas encontrado este blog durante tu búsqueda en Google o alguien más te haya compartido el enlace, pero, me alegra que estes aquí.

De antemano te doy la bienvenida a este ministerio, que, como tal, es algo nuevo para algunos y conocido para otros, pero ¿De dónde viene el nombre? ¿Como surge? Paciencia, que te contaremos un poco de nosotros.

Corría el año 2016, durante los cuales, uno de los jóvenes de la iglesia y yo, buscamos la oportunidad de apoyar a otros más con la impartición de clases de música, dado que yo tocaba en aquellos años dos instrumentos, guitarra y violín, este segundo, aprendido durante mis primeros semestres de universidad.

Una vez que nos sentamos a la mesa y oramos y dejamos que Dios obrara cada día, me dispuse a buscar mi material, para impartir, compre también marcadores, lápices y demás, sin duda era una emoción muy grande.

El costo lo definimos nosotros mismos, era de $200 mxn, algo así como 5 USD, pero, no era por clase, si no, era la unión de 8 sábados en un horario de 9 am a 12 pm.

Durante ese tiempo se tenía una grata comunión, iglesias y jóvenes, que realmente era algo muy bueno para todos, pero, no quedó solo allí, más bien, al final del mismo se tuvo un recital para presentar una serie de cantos que los jóvenes habían aprendido.

Lleno de alegría terminó un ciclo escolar, y más allá de ello, se tenía preparado el segundo ciclo, el cual se llevó a cabo de la misma manera, siendo sumamente grato y de bendición a los demás.

Pero tristemente, al entregar la dirección de un ciclo más a otro joven, el proyecto cayó, no siguió adelante, y muchos de los jóvenes entusiastas se quedaron en el camino.

Hoy a casi 6 años de ello, yo, como parte de la fundación del mismo, deseo retomar y compartir aquello con cada uno de nuestros lectores...

"Las bendiciones de nuestro Dios"

Creemos que Él obrará por medio de nuestro blog y será un gusto compartirlo.



Comentarios

Entradas populares de este blog

¿Quién lidera tu vida?

El temor de Jehová